El Gobierno de Trinidad y Tobago estimó que los daños causados por el derrame de crudo en febrero pasado en sus costas causado por un barco abandonado podrían alcanzar los 30 millones de dólares sin que aún se haya detenido a algún culpable del suceso.
Así lo dio a entender a la prensa local el ministro de Energía trinitense, Stuart Young, quien indicó que al momento los estragos del derrame rondan los 12 millones de dólares, pero que este gasto se podría triplicar cuando se culmine la limpieza del mismo.
El primer ministro trinitense, Keith Rowley, calificó de “emergencia nacional” el vertido de petróleo y expresó su preocupación por el hecho de que la catástrofe haya sido causada por una embarcación abandonada que parece haberse adentrado en aguas locales.
“Al momento, es imposible decir cuál será el costo final de todo esto porque no sabemos qué ocurrirá con los restos si las condiciones del mar empeoran y si los equipos de ayuda se mantienen vigilantes en vez de trabajar por un solo día”, indicó.
De acuerdo con Young, todas las “reclamaciones razonables” que se hagan, serán compensadas con dichos fondos.
Según la Agencia de Manejo de Emergencias de Tobago, la marea negra mide 88 kilómetros de largo y 240 metros de ancho.
Ante todo ello, Young dijo también que el Gobierno trinitense solicitó a Tanzania, Nigeria, Panamá, Aruba y Curazao en asistirlos para encontrar a los responsables del barco.
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